El impacto del Covid-19 en el sector agroalimentario del sur de Europa

Son algunas de las conclusiones de un reciente informe realizado por el consorcio europeo EIT Food —iniciativa de innovación alimentaria con más de 60 entidades, incluidas industrias clave, empresas líderes en el sector, startups, centros de investigación y universidades— que, bajo el título Impacto del COVID19 en el sector agroalimentario del Sur de Europa, analiza este sector centrándose especialmente en cinco países —Portugal, España, Italia, Grecia y Turquía—, con la visión complementaria de diecinueve personas expertas del sector.

El COVID-19 en el sector agroalimentario del Sur de Europa

El informe recoge varios aspectos relativos a estos cinco países, entre los cuales destacan:

  • La disminución del consumo de alimentos fuera del hogar fruto del confinamiento y las restricciones, con múltiples derivadas. Este cambio en una parte de la cadena tiene consecuencias en toda la industria alimentaria, produciendo importantes cambios de mentalidad en el sector. En el caso español, el informe detecta un cambio radical en los hábitos de consumo: han bajado un 32,4 % las comidas fuera de casa en días laborables, se cocina en casa un 6,4 % más, y ha aumentado un 31,5 % la entrega de comida en casa y el takeaway.
  • Las plataformas de entrega de comida a domicilio han sido el principal y, en ocasiones, el único canal de venta para muchos restaurantes —el estudio advierte de que estas plataformas cuentan con tarifas altas y controlan los datos de los consumidores— aunque otros han apostado por desarrollar sus propios servicios de entrega.
  • La fórmula de comida a domicilio en junio de 2020 seguía sin ser utilizada en el 72 % de los restaurantes en España e Italia —el porcentaje se reduce al 59 % en Portugal— y un 12 % de la restauración española e italiana aseguraba en verano estar utilizando más esta opción que antes de la pandemia, un porcentaje similar al de los negocios que aseguraban estar recurriendo a ello igual que antes del COVID-19.
  • El teletrabajo, el desempleo, la recuperación del hábito de cocinar en casa y la apuesta por la cocina saludable son algunos factores que tendrán un impacto relevante en los hábitos de consumo de alimentos en el futuro, según el análisis.

Entre los aspectos positivos, el informe de EIT Food detecta:

  • Una gran agilidad y capacidad de adaptación y un elevado nivel de colaboración entre organizaciones y entre productores y distribuidores para evitar el desabastecimiento. La colaboración entre productores y distribuidores ha fortalecido las relaciones, con una estrecha colaboración durante los primeros caóticos momentos del confinamiento, donde ambas partes se centraron en el objetivo común de prevenir el desabastecimiento.
  • La pandemia ha construido puentes entre los productores y los consumidores finales, con iniciativas locales y digitales que han impulsado este vínculo. Se trata, matizan los expertos consultados para el informe, de iniciativas que por otro lado es complejo mantener por la dificultad de los productores para seguir con ellas y porque no forman parte de sus modelos de negocio. “Ahora, el mayor reto va a ser mantener este canal abierto a la vez que se mantiene la relevancia y los beneficios. Optar por cadenas más cortas de producción y distribución ha demostrado eficacia y se va a seguir avanzando hacia ello”, señala el informe.
  • La compra online de alimentos ha despegado en paralelo, pero sigue siendo inferior al 5 % del total en los cinco países analizados del Sur de Europa. La digitalización sigue siendo uno de los retos en el sector de la restauración, pero en el resto de la cadena hay muchas marcas medianas o grandes que han reactivado proyectos de plataformas online para responder a la demanda creciente y a los problemas de la cadena de suministro.
  • Las tendencias de sostenibilidad y salud siguen siendo las mismas que antes de la pandemia, pero algunas se van a ver aceleradas con el aumento de la demanda de los consumidores de comida saludable, o de productos para impulsar la inmunidad, por ejemplo.
  • El menor consumo en restaurantes ha supuesto una reducción de la demanda de productos premium, mientras que las apuestas por la digitalización, por la trazabilidad de los productos a través del blockchain y las preocupaciones por la ciberseguridad —en paralelo con el incremento de las iniciativas online— han aumentado.

El estudio completo EIT Food Foresight: Impact of COVID-19 on the Food Sector in Southern Europe puede consultarse en esta dirección.

Buscar

¿Qué te interesa? Encuentra las mejores empresas de alimentación de la Comunidad de Madrid

Archivos